Cineasta
Robin Schmidt es un cineasta polifacético que dirige, produce, escribe, edita, ofrece sus propias voces en off y realiza sus propios efectos visuales. Y sí, también ha ganado premios. Comenzó su vida profundamente inmerso en la música clásica, primero tocando el piano a los cuatro años, cantando a los cinco y tomando el violín a los seis. Cinco años como corista en la Catedral de Westminster y varias grabaciones comerciales en su haber, Robin ganó una beca para Artista Joven con el English Performing Arts Ensemble y realizó una gira por los Estados Unidos con varias producciones. Sin embargo, a los 18 años dejó atrás la música y encontró su camino en la radio local, donde fue DJ durante tres años antes de dar un gran salto hacia la consultoría de marketing y marca, Fourth Room.
Fue aquí donde Robin tuvo por primera vez la oportunidad de tomar una cámara y comenzar a filmar, produciendo cortometrajes documentales de investigación utilizando las primeras cámaras DV y las primeras Apple que incluían puertos Firewire. Poco después Robin decidió lanzarse de lleno al cine y fundó Chrome Productions con dos amigos con el objetivo de hacer películas de deportes extremos y llenarlas de todas las ideas cinematográficas que tenían en la cabeza. Durante los siguientes 8 años, la compañía creció y creció, ganando comisiones de televisión, un montón de videos musicales, mucho trabajo corporativo y muy poco del drama que todos los socios querían hacer. Robin grabó 35 vídeos musicales mientras estuvo en Chrome, dirigió numerosos programas de televisión y aprendió por sí mismo a editar, grabar, dirigir, escribir y crear gráficos en movimiento con un alto nivel.
En 2009 tomó la difícil decisión de dejar la empresa que había creado en pos de un nuevo desafío. Robin es ahora un blogger muy conocido en la comunidad DSLR, ha rodado cuatro cortometrajes y dos más en proyecto, ha escrito dos largometrajes y dio un paso repentino hacia la comedia con Super Massive Raver, un programa multiplataforma. Proyecto transmediático. Él cree firmemente que los cineastas independientes deben ser más inteligentes a la hora de comprender los desafíos y oportunidades que plantea el nuevo panorama digital y ahora está siendo invitado a ofrecer narraciones transmedia a marcas con un importante proyecto para una cadena de complejos turísticos de lujo en marcha.
En 2010, Robin venció a otros 400 cineastas para ganar el Bahamas 14 Islands Film Challenge y fue finalista en el Fireflies Framepool Challenge ese mismo año. No va a festivales pero tiene un pelo precioso y le gustaría ganar un Oscar algún día.
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